[volver a la página de inicio]

El nuevo académico Darío Villalba defiende el riesgo el riesgo del artista ante el acto creativo

Madrid.- Darío Villalba defendió ayer en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el riesgo que debe asumir el artista al enfrentarse al acto creativo, en una intervención "anárquica" y "perversamente ingenua". Villalba confirmó su entrega a la institución, que espera le sirva de tregua para volver al cuadro en busca de esa obra maestra "cada vez más próxima pero quizá no aún alcanzada".

Antes de entrar de lleno en el contenido de su discurso, titulado "En torno al acto creativo. Nuevas reflexiones" y dirigido "mentes ricas en diálogo y abiertas a todo estimulo digno de ser tomado en cuenta", Villalba reflexionó sobre la actitud de muchos artistas jóvenes que, "para ser aceptados en lo que parece ser lo contemporáneo, se amilanan en su actitud personal". Aunque con excepciones, "lo que bulle en las ferias de arte en la mayoría de los casos es decepcionante, con lo manto fúnebre de la fácil modernidad".

Para el nuevo académico, la creación o arte creativo es la manifestación del espíritu más libre y enriquecedora, en la que "todo es susceptible de cambio y hasta la gran torpeza puede ser fiel aliada de la riqueza creativa en su día". Villalba dice que "el artista debe ser plenamente consciente de la época en que ha nacido, cuales son sus fantasmas o padres que asesinar, o, por el contrario, continuar y acariciar el apasionante flujo de la historia del arte".

En opinión de Villalba, la mente del creador es un lienzo en blanco y es "el descarado artista" el que desde el origen de la historia transgrede o interviene en el orden externo. "Siente la necesidad, casi biológica, de añadir algo o mucho a lo creado, para luego dejar otro estrato de belleza para disfrute de la humanidad". El académico dijo tener la casi certeza de que el talismán mágico que diferencia un cuadro logrado de uno fallido no es más que el hecho de asumir con riesgo decisiones acertadas." Pintar, escribir, crear, a la postre, no es más que un proceso selectivo: decidir". Por lo tanto, el creador debe actuar con tino y mimo, barajando con igual transparencia y sosiego el azar y el reposado pensamiento reflexivo.